pescadilla

RUMBA CATALANA

Los gitanos catalanes, asentados en los barrios: de Gracia, calle de la Cera y Plaza España, son los únicos que mantuvieron el catalán, después de la guerra, como seña de identidad. Familias que extienden su árbol genealógico por el resto de capitales catalanas, y pueblos como: Mataró, Figueres, Vilanova o Perpignan y diferentes pueblos de Francia, donde a la lengua catalana, la conocen como: hablar gitano.

Ellos fueron, los protagonistas de la Rumba, convirtiéndola en su banda sonora familiar, la dotaron de una clara proyección internacional y un espectacular éxito de ventas, en los años sesenta y setenta.

Fruto de los viajes de miembros de estas familias a América, movidos por la crisis de la posguerra, surgirá el último cante de ida y vuelta, en el Flamenco: la Rumba Catalana.  Sonidos, particularmente, caribeños fueron reinterpretados en clave flamenca: guitarras, palmas y bongo, de la mano de los gitanos catalanes, con un gran boom comercial.

En el flamenco, se consideran cantes de ida y vuelta, a las músicas surgidas de la relación de este, con los nuevos géneros surgidos en torno a las músicas criollas. Mucha gente atribuye la influencia africana, que sin duda tiene toda su magnitud y relevancia, al contacto de artistas flamencos con la música afro en las Antillas; no hemos de olvidar, que en la península había comunidades africanas antes de constituirse el orden americano, con lo cual la influencia afro en nuestras músicas data de muy antiguo. Fueron comunidades afro españolas las primeras en asentarse en puertos como: Cartagena de Indias, Habana o Port of Spain. Conocidos como negros curros, en las Antillas, llegaron con sus cantes, guitarras y guasería, construyendo el imaginario de gran parte, de lo que son hoy las tradiciones afro latinas. No debemos de olvidar, tampoco, que la presencia de población gitana en ultramar, es constante desde los primeros viajes a América. Durante la época de represión a el pueblo gitano, dictado por los gobernantes en determinadas etapas de nuestra historia, uno de los castigos fue el de: Galeras, remarse todo el atlántico en los barcos estatales y si llegabas vivo, conseguir la libertad, pocos quisieron volver. De ahí vienen los cantes de Galeras, que popularizó el Lebrijano. Como vemos en el origen de la mayoría de las músicas criollas ya había un neto componente gitano e ibérico.

ANTONIO GONZÁLEZ: EL PESCADILLA

Uno de los personajes claves para entender este género fue Antonio González Batista (Barcelona, 1926 – Madrid, 1999). Conocido artísticamente como  EL PESCADILLA y entre sus familiares, en su barrio de Gracia, como L´Onclu Aito.

Recoge el nombre artístico de su padre, que también era conocido como El Pescadilla, guitarrista flamenco, criado en la Barceloneta, donde alternaba el trabajo de la venta de pescado con el flamenco.  Se casó en 1920, con Antonia Batista, vecina de la calle Fraternidad,  fijando su residencia en el barrio de Gracia, donde nacieron sus seis hijos: Manuel, Baldomero (Onclu Mero), Antonio (El Pescadilla), Juan (Onclu Polla) y Josefa.

Desde pequeño Antonio, desarrolla una facilidad innata y un virtuosismo, como guitarrista. Siendo aún un niño, solía buscarse  la vida con su padre y hermanos, en fiestas o locales flamencos del centro de la ciudad, donde va desarrollándose como guitarrista flamenco. La bodega, de la calle Escudellers, conocida como El Charco de la Pava, ambientada con motivos taurinos, programaba actuaciones de flamenco. Fue uno de los locales donde El Pescadilla y su familia protagonizaron muchas de esas noches y uno de los marcos donde se empezó a mostrar la rumba al público. Estaba situado en una calle, que en esos momentos, finales de los cuarenta y años cincuenta, bullía en actividad flamenca, compaginada con locales donde sonaban las músicas que llegaban de América, en particular, las latinas. Dichos locales contaban con un público con dólares y ansioso de oír estos temas, en versión flamenca: las tropas americanas y los primeros turistas.

Empezaron a soplar con fuerza los aires antillanos sobre las guitarras, acompañados de la base rítmica de las palmas flamencas y el baile gitano, cadera y desplantes. La guitarra, tendrá que asumir toda la música que hacía una orquesta latina, para cual se recurrió, a lo que se llamó: El Ventilador.

“Ese truco tan ingenioso
y de fácil ejecución
que junta en la guitarra
la armonía y la percusión”.

Años más tarde, la reina de lo que se llamó: Salsa, Celia Cruz, declaraba: “El Pescadilla, con su guitarra, es capaz de interpretar todo lo que hace una orquesta cubana”.

Los hermanos González, formaron  grupos musicales como Brisas o Los Ponchos, donde ejecutaban repertorio latinoamericano, en clave flamenca. La Rumba se estaba cocinando.

El Pescadilla, siguió cultivándose con la guitarra y será reclamado por los principales cantaores del panorama flamenco, trabajando por toda España. Dejó testimonio grabado en un disco, donde se aprecian sus excelentes dotes como guitarrista flamenco. Acompaña y graba, con Rafael Farina, cantaor de moda. Pronto, Manolo Caracol lo llama para formar parte de su compañía, actuando por toda España. Manolo Caracol, en esos momentos gozaba de total popularidad,  formando pareja de renombre con Lola Flores, en sus espectáculos de Zambra. Este será un momento clave en la historia del Flamenco, Lola Flores, descubre un aire nuevo, una música nueva y a un galán, El Pescadilla. Lola Flores, se lo guardó en el corazón y nunca lo olvidaría.

Antonio se casó en Barcelona, por el rito gitano con la bailaora Dolores Amaya Moreno, prima de Carmen Amaya y La Chunga, de la que tuvo una hija, Antonia (Toñi), en 1955. Toñi vive en Madrid, desarrollando carrera como bailaora flamenca.

Lola Flores, viaja a Cuba. Aún hoy son sonadas en La Habana, las fiestas que se montaron en torno a su visita. Lola conoce en primera persona la música de Cuba, de la mano de los mejores artistas caribeños, que la admiran y la veneran. Ese tropicalismo, le recordó a Barcelona, a la música del Pescadilla, ya no paró hasta casarse con él, y juntos dar un cambio a su carrera artística.

En 1957, contraen matrimonio El Pescadilla y Lola Flores, lejos de Barcelona, para que la familia de la mujer, que dejó en Gracia, no estropease la fiesta. Fruto del matrimonio, nacieron sus hijos: Lolita, Antonio y Rosario.

El Pescadilla, fue  capaz de recoger, en su escasa  obra grabada, para el sello Belter,  joyas de la música brasileña, norteamericana o caribeña: «Sarandonga», «Cada vez que tú me miras», «Levántate», «Strangers In The Night», «A garota de Ipanema» o «Sabor a mí»; darles una visión personal y moderna, con un claro componente flamenco. Fue uno de los precursores de un sonido urbano, que su esposa Lola Flores adoptó a su repertorio, creando una de las parejas más explosivas de la escena de finales de los años 50 y 60. Trabajaron juntos en giras por España y América, y participaron en películas, con gran éxito comercial. Antonio, ante el poderío y popularidad de doña Lola Flores, dice la gente, quedó eclipsado; cosa que  Lola y todos los que lo conocieron, no tenían tan claro, el artista de la casa era: El Pescadilla.

 

Tras su matrimonio, establecieron residencia en Madrid, donde Antonio regento un tablao: El Caripen, cuna del flamenco más auténtico. Era un artista de artistas, todo el mundo se quedaba prendado con su personalidad, la plana mayor del flamenco admiraba su cante y lo buscaban, era un rayo de luz en el Madrid flamenco de los años 60. Fue, también, fuente de inspiración, en los más jóvenes de las dinastías flamencas, como los Sordera o Habichuela, instaladas en la capital,  que años más tarde formarán los grupos de fusión: Ketama o la Barbería del Sur. Antonio Flores, hijo del matrimonio, fue uno de los líderes de este nuevo movimiento, recogiendo el testigo de su padre, desarrollo un estilo musical personal e inconfundible. Lolita y Rosario, son dos artistas sobresalientes de la escena musical actual.

El Pescadilla, murió de pena, tras la muerte de su mujer y de su hijo, Antonio, en 1999.

 

PERET

 

Peret, llevó la Rumba a sus momentos  más comerciales, tuvo un talento particular a la hora de crear sus temas, gozando de una gran popularidad. Pedro Pubill Calaf, nació en Mataró, el 26 de marzo de 1935, trasladándose años más tarde al barri del portal barcelonés. Tuvo unos inicios artísticos como guitarrista flamenco, antes de desarrollar su carrera como rumbero. Entre sus temas más destacados: La noche del Hawaino, Una lágrima, Es preferible, Saboreando, Borriquito, hay una larga lista de hits comerciales. Trabajó también en muchas películas, destacando su participación en la película Los Tarantos, cantándole un garrotín a Carmen Amaya y La Singla, en lo que sería su primera participación cinematográfica. Participó en muchos programas de televisión y fue el primer gitano en representarnos en Eurovisión, con el tema: Canta y se feliz. Otro de los momentos importantes en su carrera, después de su retiro evangélico, consistió en  poner a bailar a todo el mundo, en la clausura de los Juegos Olímpicos del 92, cantándole a esa gitana hechicera, su rumba: “Barcelona tiene poder”.

Murió el 27 de agosto de 2014, defendiendo, hasta que el cuerpo le aguantó, su reinado en la rumba. Nunca le gustó que la denominasen rumbeta, igual que a los flamencos no les gusta el diminutivo, flamenquito, ¡sobran las palabras! Como nos dejó cantado, que nadie le mande flores, que le lleven hierba buena que alegra los corazones.

 

EL CHACHO

José María Valentí, nacido en 1940,  creció en un ambiente propicio para el arte: la calle de la Cera y alrededores, donde vivían muchos cantantes y artistas, cerca del Paralelo, con sus salas de fiestas y sus teatros. Desde muy pequeño mostró predisposición para la música, su madre, le matriculó en la escuela de música del Liceo a los diez años, formándose como pianista.

Destacó en la rumba por acompañarse al piano, lo que marcaba no sólo su estilo sino también su imagen, marcada por su galantería. Empezó a tocar el piano en las bodas y fiestas familiares en locales emblemáticos, como la sala Apolo o La Paloma.

En sus inicios artísticos coincidió con Peret acompañando a La Camboria, Peret a la guitarra y Chacho cantando. La fama le llegaría en 1965 grabando para la discográfica Emi-Regal. Graba discos entre 1965 a 1977, pero sigue actuando en directo hasta 1994, fecha en la que decide retirarse.  Volverá a actuar en 2008, pero sin la repercusión que se merecía.

LOS AMAYA

Dúo formado por los hermanos Pepe, La Coruña, 1952, y Delfín Amaya, Oviedo, 1954, a finales de la década de 1960 en Barcelona.

Familia de la bailaora Carmen Amaya, desde niños tocaban la guitarra y cantaban en las fiestas gitanas. Sus primeros pasos en el mundo del espectáculo los dieron de la mano del guitarrista de Carmen Amaya, Andrés Batista. En 1969 debutaron discográficamente con temas como: El bueno, el feo y el malo; Zapatero remendón; Pena, tristeza y dolor o Bailadores.

Saltan a la fama en 1971, con el tema de gran éxito: Caramelos. En 1978 bajo la producción de Tony Ronald, desarrollan su carrera adaptándose más a los medios tiempos y las baladas, hasta grabar su tema más comercial: Vete. Ya no pudieron mantener esa genialidad mucho más, siguieron grabando y actuando, pero sin la calidad ni la repercusión de que habían gozado. Cabe destacar su actuación en la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de Barcelona de 1992, junto a Peret.

 

OTROS ARTISTAS DE RUMBA CATALANA

Luego llegaron Moncho, El Noi, La Terremoto, Ramonet, Chango, Salsa Gitana, Estrellas de Gracia, Sisqueto, Chipen, Papawa, Sabor de Gracia, Pedrito y Kiki, Som com som, Arrels de Gracia, La Yumiband, Los Sobrinos o Rambo y su Timba . Actualmente la Rumba sigue enraizada en estas comunidades, gozando de popularidad y con nuevas generaciones de artistas rumberos.

No hay que olvidar, el trabajo desempeñado por Gato Pérez, en la revalorización del género, en un momento que esta hay quedado en el olvido.  Músico  de origen argentino, llegó adolescente a la ciudad,  donde descubre que la Rumba es un sonido urbano y genuino de Barcelona.

La rumba que coneixem
no és de la Xina ni del Japó.
La nostra rumba de Barcelona
viu marejada de voltar el món.
La rumba neix al carrer
filla de Cuba i d’un gitanet
i sa germana que és l’havanera
és gronxadeta entre mariners

(Gato Pérez, Rumba de Barcelona)