CAFÉS CANTANTES
El flamenco sale del núcleo familiar, a mitad del siglo diecinueve, la primera fórmula para comerciarlo fueron: los Cafés Cantantes, donde los artistas se empiezan a profesionalizar. Los empresarios del espectáculo barcelonés apuestan por dicha fórmula, abriendo negocios, mayoritariamente en la zona comprendida entre Plaza Palacio y el barrio chino; algunos se aventuraron a instalar estos negocios en otras ciudades de Cataluña y en el resto del país. Los Cafés Cantantes contaban con un foyer, donde se alternaba, ofreciendo el servicio de café y restaurante, siempre acompañado de las mesas de juego, llamadas en la época, pateras. En los reservados o cuartos, la juerga podía durar hasta altas hora de la madrugada.
Citaremos algunos locales donde el Flamenco fue el reclamo: Cal Manquet, La Taurina, Los Cotos, Veloz, Granada en Cataluña, El Chiringuito, Ca L´Escanyo, Candelas, El Cangrejo o Casa Juanito El Dorado. Pero el local que gozó con contar con las mejores juergas fue el Villa Rosa, en la calle arc del teatre, donde actualmente se aloja el club de tecno Moog. El local regentado por el guitarrista Borrull, se convirtió en uno de los atractivos para cualquier persona que visitase la ciudad, gozó de fama internacional, contando en su cuadro con los mejores artistas.